lunes, 22 de octubre de 2012

Tamiz de Herencia





Tamiz

Que truena en las cadencias del alma trémula,

Tamiz

Que recorre el silbido inmortal del amor,

Así es la libertad.

Donde quede al fragor,

Del abrazo de la intensidad

Donde no hay dolor, solo sinceridad.


Herencia, que es si no la libertad, pensar, sentir, caminar en un hilván de nubes de pasado, para nadar en la persistencia de una canción, una cueca o un destello de esos besos ecuestres, que anidan en la mas bella fragancia de lo eterno.

Tu boca cabalga junto a la mía, en ese río intimo que es el ayer, que son las ansias de los astros por heredar, la mas bella música, la melodía del sentir, la satisfacción del hacer, el eco del soñar, como quererte y no mujer.

La poesía es un sueño, pero un sueño del otro, del que nos sueña despierto, y el poeta es un luchador inquebrantable, un granito de sal que pelea contra el océano de las mentiras, un océano que derrite a los débiles, y flaquea la sinceridad de los fuertes, pero el poeta, trasciende, mas allá del nombre mas allá del apellido, heredar la pluma de los infinitos, es poetizar la trova eterna del regreso, la trova de los sueños…
Nunca dejen de soñar

Nunca deben que el arrope del silencio, venza.

Todos somos silencio, sinceridad, pero coraje, poesía y humanidad.

Todos mujeres, y hombres, niños y adultos, podemos escribir un verso mágico, un magistral destello de realidad, un verdadero himno para sobrevivir al siglo que se desmorona, para sobrevivir a la mezquindad de las distopias.

Yo soy humilde, solo se amar, solo se que es lo bueno de la vida, y es llorar.

Llorar no es debilidad, es prudencia.

Por la esperanza que nos espera ya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario